Impactante respaldo de EE.UU.: volvieron a comprar pesos y negocian rescate de US$ 40.000 millones

Estados Unidos podría ampliar su asistencia a la Argentina hasta los US$ 40.000 millones, al sumar un fondo privado de US$ 20.000 millones a la línea de swap ya en marcha entre el Tesoro norteamericano y el Banco Central.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, explicó en Washington que el nuevo esquema se financiaría con aportes de bancos privados y fondos soberanos, orientado a respaldar el mercado de deuda argentino.

«Estamos trabajando en un fondo de US$ 20.000 millones junto a nuestra línea de swap, que estaría más dirigido al mercado de deuda», señaló el funcionario.

Según Bessent, si este mecanismo se concreta, el respaldo total de Estados Unidos a la Argentina alcanzaría los US$ 40.000 millones. El funcionario confirmó además que el Tesoro intervino nuevamente en el mercado cambiario argentino, comprando pesos por segunda vez en menos de una semana, en un intento por estabilizar el tipo de cambio

La semana anterior, una operación similar había provocado una baja inmediata del dólar y una mejora en bonos y acciones locales.

La devaluación del peso se había intensificado tras la derrota electoral del oficialismo en comicios locales, lo que generó incertidumbre sobre el rumbo económico. Los anuncios de Bessent ayudaron a revertir parcialmente esa tendencia: los bonos con vencimiento en 2035 subieron casi dos centavos hasta 59 centavos por dólar, y el tipo de cambio mayorista retrocedió de $1.390 a $1.360, mientras que en los bancos la cotización se ajustó a la baja.

El respaldo financiero de Washington llega en un contexto político sensible. Donald Trump reiteró su apoyo a Javier Milei, pero advirtió que la continuidad de la ayuda dependerá del resultado de las elecciones legislativas del 26 de octubre. «Si Milei pierde las elecciones, no seremos generosos con Argentina», sostuvo el presidente estadounidense.

Durante su visita a Washington, Milei recibió elogios de Trump, quien lo calificó como uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región, junto con El Salvador y Costa Rica. El mandatario adelantó que busca reducir la influencia económica de China en Sudamérica, aunque aclaró que el salvataje financiero no exigirá romper el swap con Beijing. «Por ahora la prioridad es la ayuda», concluyó.

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