Girasol: el hallazgo científico que puede revolucionar la agricultura

¿Qué pasaría si las semillas de girasol pudieran reproducirse de manera exacta y sin necesidad de cruzamientos? Este escenario, que hasta hace poco parecía lejano, podría estar más cerca de convertirse en realidad gracias a un descubrimiento reciente.

Investigadoras del CONICET demostraron que ciertas líneas de este cultivo completan una etapa clave de la apomixis, un mecanismo de reproducción asexual por semillas.

Este hallazgo abre la puerta a desarrollar semillas híbridas con mayor rapidez, adaptabilidad y rentabilidad, un cambio que podría revolucionar la producción agrícola.

¿Qué implica este avance?

La apomixis es un proceso natural que permite a las plantas producir semillas genéticamente idénticas a la planta madre, sin intervención de gametos masculinos.

En el caso del girasol, el equipo de investigación del Instituto de Investigaciones en Ciencias Agrarias de Rosario (IICAR, CONICET-UNR) confirmó la primera etapa de este proceso: la aposporía.

¿Por qué es tan relevante? Actualmente, el desarrollo de híbridos implica años de trabajo para estabilizar parentales, generar cruzamientos y recrear semillas híbridas cada temporada. Si las semillas pudieran clonarse a través de la apomixis, este proceso se reduciría significativamente en tiempo y costos.

“Es un cambio que no solo impactaría en la eficiencia, sino también en la posibilidad de generar variedades mejoradas para enfrentar desafíos climáticos y regionales”, explica Silvina Pessino, investigadora del CONICET y una de las autoras del estudio.

Una respuesta a los retos del agro

¿Cómo responder a las necesidades de un agro que se enfrenta a climas extremos y suelos menos fértiles? La apomixis podría ser una solución. El girasol, que ha expandido su cultivo hacia regiones con mayor estrés agroecológico, ha visto disminuir sus rendimientos.

Utilizar este mecanismo permitiría desarrollar variedades con mayor adaptabilidad, calidad y productividad.

En este contexto, los fitomejoradores enfrentan el desafío de crear cultivares que no solo sean más resistentes, sino también más eficientes en su producción. “Sabemos que generar un híbrido superior puede llevar una década. La apomixis tiene el potencial de reducir esos tiempos a un nivel incomparable”, añade Pessino.

Un trabajo que continúa

Aunque este descubrimiento marca un hito, el desafío ahora es completar la segunda etapa de la apomixis, conocida como partenogénesis. En esta fase, el embrión se desarrolla sin necesidad de fecundación.

“Estamos trabajando con líneas tetraploides de girasol, que presentan cuatro juegos cromosómicos. Este enfoque podría ser clave para lograr una manifestación completa de la apomixis”, detalla Ana Ochogavía, investigadora del IICAR y coautora del estudio.

Este trabajo no solo se realiza en laboratorios argentinos, sino que cuenta con el respaldo de colegas internacionales, como investigadores de la Universidad de Perugia, Italia. Este esfuerzo colaborativo busca no solo profundizar en la comprensión de la apomixis, sino también trasladar sus beneficios a la producción agrícola.

¿El futuro del agro?

¿Estamos frente a una nueva era para el girasol y otros cultivos estratégicos? Implementar la apomixis en especies agrícolas no solo aceleraría el mejoramiento genético, sino que también transformaría la manera en que se producen alimentos en un mundo donde las demandas del agro son cada vez mayores.

Además, este avance refuerza la necesidad de investigaciones que integren tecnología, ciencia y sustentabilidad para responder a los desafíos del siglo XXI.

Con un impacto potencial que podría beneficiar a productores de distintas escalas, el girasol vuelve a ser protagonista de una innovación que promete marcar historia.

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