En la gruesa 2025/26, el maíz apunta a 61 Mt y la soja a 47 Mt en un escenario inédito de siembra

Por Cristián Russo

Con una gran recuperación, la intención de siembra de maíz aumentaría el área un 16,8 %, con un área estimada de 9,5 M ha. La soja, por el contrario, retrocede y la intención apunta cae 1,35 M ha frente a 2024. La implantación de la gruesa 2025/26 arranca con agua en el oeste del país, perfiles recargados y severo riesgo hídrico en Buenos Aires.

El maíz 2025/26 va por la revancha y tiene grandes chances de dejar una cosecha récord

La intención de siembra apunta a un área maicera de 9,7 M ha. Respecto al ciclo pasado (8,3 M ha) el crecimiento que se espera es notable, de casi un 17%. El maíz va por su segunda mayor siembra detrás del récord del 2023/24, la campaña en la que se superó la barrera de 10 M ha (10,3).

Vuelve el rebote del cultivo tras la caída del año pasado por la falta de agua y sobre todo por el factor «chicharrita». La campaña con siembra récord de 2023/24 terminó sufriendo un recorte del 18% de su producción por el inédito ataque del virus del spiroplasma en el centro y norte del país.

La siembra que arranca tiene grandes chances de dejar una cosecha récord. La producción proyectada con un escenario de lluvias normales es de 61 Mt, superando por 8,5 Mt a su mejor marca. Este guarismo sale de tener en cuenta un área de cosecha para grano de 8 M ha y un rinde promedio de 76,2 qq/ha.

Un escenario con condiciones inéditas para la siembra

Tras cinco años de primaveras frías y secas, con cuatro «Niñas» en el medio, hay agua en los perfiles, incluso en el oeste del país, como señala la imagen de anomalía de las reservas hídricas actualizada a esta altura del año y para cada uno de los años 2021, 2022, 2023, 2024 y 2025.

Es mucha agua, sobre todo en el este y más todavía en Buenos Aires, tanta agua que hay temor a no lograr cumplir con la fuerte intención de siembra en forma temprana (en septiembre y octubre) que hay en este año. Todo dependerá de cómo se comporten las lluvias de primavera. Para la primera quincena no hay pronósticos de lluvias significativas, pero lo que suceda después genera incertidumbre. Si las lluvias vuelven a hacer excesivas, pueden resultar en un cambio obligado hacia la soja, por lo que existe la probabilidad de próximos ajustes a esta primera estimación de área maicera. Las áreas del centro y centro – norte de Buenos Aires pasan por una situación comprometida por los excesos. Muchos técnicos del área temen que el agua no permita sembrar este año, lo cual puede ser un factor de recorte de área tanto para soja como para maíz.

Por lo pronto sigue vigente un escenario de lluvias normales para la gruesa con una «Neutralidad fría» en el Pacífico, y un Atlántico caliente, al menos hasta fin de año, en las costas del sur de Brasil y de Argentina.

Reajustes en el maíz 2024/25 muestran una producción de 50 Mt

Se realizaron ajustes en la estimación del rinde con datos finales de la cosecha de los maíces tardíos, por lo que se llevó la producción de 48,5 Mt a 50,0 M t, partiendo de un área de cosecha para grano de 7,0 M ha. El rinde promedio nacional se ajustó de 69,2 a 71,3 qq/ha.

La intención de siembra de soja 2025/26 muestra un baja del 7%

Con un pronunciado recorte de 1,35 M ha, se estima la intención de siembra de soja 2025/26 en 16,4 M ha. Luego del tema chicharrita y su influencia sobre la producción de maíz del año pasado, la soja vuelve a exhibir la tendencia que venía manifestando, la de un área de siembra en retroceso. Hace 11 y 12 años, la soja tocaba los techos, superando los 20 M ha implantadas.

Para este próximo 2025/26, de concretarse la proyección de siembra de 16,4 M ha y sobre la base de un área no cosechable promedio y un rendimiento también promedio de 29,1 qq/ha, la producción podría dejar 47 Mt.

Grandes esperanzas y áreas muy vulnerables para el trigo 2025/26

El escenario triguero salta de lo normal para este mes de setiembre. Julio dejó lluvias récord, pero las lluvias de agosto fueron aún mucho más importantes por montos y cobertura, dado que tuvieron una gran importancia en sectores del oeste. En la imagen de lluvias desde principios de enero al 10 de setiembre, se observa que gran parte del oeste de la región pampeana recibió lluvias de 400 a 600 mm que generan condiciones óptimas de crecimiento para el trigo que empieza condiciones más exigentes, la fase de encañazón. Por otro lado, entre las zonas que ya llevan de 800 a 900 mm y 1.100 y hasta más de 1.200 mm, hay un gran riesgo por los excesos.

Esa zona que comprende el sur de Santa Fe, centro oeste de Buenos Aires y el sur de Entre Ríos es el área más afectada y dónde se concentran 350.000 ha con condiciones entre regular y mala. Se trata de hectáreas que se han perdido o pueden perderse en función de cómo sigan las lluvias. De todas maneras, en el resto del área sembrada con trigo, en el 95% de las 6,9 M ha estimadas, los lotes exhiben condiciones buenas a excelentes, predominando la calificación muy buena. El potencial de rindes que hay en Argentina en este inicio de setiembre es inédito. El problema de enfermedades ya está generando aplicaciones sobre todo por mancha amarilla. Por ahora se sigue sosteniendo un horizonte productivo que puede superar los 20 Mt, por lo que hay una gran oportunidad para el cultivo. En función de cómo sigan las lluvias, hay una cierta amenaza principalmente para Buenos Aires, que es la principal provincia productora del cereal.

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