Argentina sufrió al sequía más severa de los últimos 100 años en el ciclo 2022/23, con pérdidas en exportaciones por US$ 21.000 millones. Ahora, las perspectivas cambiaron con varias tormentas, pero hay algunas zonas que siguen muy castigadas.
El Servicio Meteorológico Nacional oficializó «que estamos en condiciones de El Niño», ya que en las últimas semanas «la temperatura del océano Pacífico se mantuvo por encima de la temperatura umbral para este fenómeno y la atmósfera comenzó a responder a ese calentamiento».
Así, para el trimestre septiembre-octubre- noviembre, según el informe del SMN, el pronóstico indican que hay 99% de probabilidad de que las condiciones de El Niño se mantengan.
Pero más allá de esto, todavía hay zonas que aún la sequía no terminó y agudiza la problemática productiva.
Según el último informe de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías con los datos de agosto, hubo un incremento de la sequía a 16 millones de hectáreas en Argentina respecto al mes anterior, alcanzando así las 166 millones de hectáreas.
«El área en sequía severa se incrementa levemente por su crecimiento hacia el norte de la Pampa. Mientras que la sequía moderada se reduce en el Litoral, y se incrementa su área en la provincia de Córdoba», indicó el trabajo.
Las zonas afectadas
«Las evaluaciones de agua útil a la siembra nos da entre 40 y 60% del agua útil total. En ese rango está la mayoría de los lotes. Un porcentaje menor está por encima de eso con posibilidad de sembrarse», asegura Mauro Mortarini, asesor en ojos del Salado sobre la zona de la localidad bonaerense de América. «Alguna sub zona que recibió alguna lluvia, está mejor en los primeros 80 cm, pero después se complica más abajo y el resultado a los 2 metros termina siendo parecido», agregó el especialista.
Según relevó, está arrancando la siembra de maíz en lotes puntuales, principalmente sobre los que tienen más agua útil. «Se está decidiendo arrancar sobre los que tienen 70/80% de agua útil que son los menos, y arrancando con los de 60%, aquellos productores que están dispuestos a asumir un riesgo y jugarse a recuperación de lluevas en octubre. La gran mayoría, está esperando», indicó.
Por su parte, el productor de Carlos Tejedor Dante Garciandia comentó que el año 2022 finalizó con precipitaciones de 850 mm, igual al promedio de los últimos 100 años, pero la distribución fue tan irregular -596 mm en los primeros 4 meses del año- que la sequía pegó muy fuerte en la actividad agrícola-ganadera de la región.
«Lo que va del año 2023 va peor, llevamos en Carlos Tejedor 279 mm, la mitad del promedio comparando mismo período», indicó Garciandia, quien también es integrante de la Asociación Rural de Carlos Tejedor.
En el partido de Carlos Tejedor se cosecharon 418.924 toneladas menos en relación al año pasado en la sumatoria de los principales cultivos. Esto son 89 millones de dólares, a tipo de cambio oficial, 31.150 millones de pesos.
«La baja de la cosecha para el período 2022/23 la baja siembra de cultivos de fina como trigo y cebada campaña 2023/24, incertidumbre por el posible retraso en la fecha de siembra de la actual campaña de gruesa (maíz, soja y girasol) por falta de humedad, hacen que la actividad comercial en los pueblos y ciudades del interior esté por el piso», alertó.
El sector ganadero, advirtió Garciandia, está sufriendo la baja en la producción de las pasturas perennes implantadas, y verdeos anuales, no se pudieron confeccionar reservas (rollos, fardos, silos de sorgo y maíz) para afrontar el actual invierno.
En varias zonas del partido los productores ganaderos están comprando agua para consumo animal porque al secarse las lagunas, la bajante de las napas freáticas, ha empeorado a tal extremo la calidad de las aguas que el animal no toma, o le genera intoxicaciones y muerte el hecho de tomarla. «Un camión cisterna que va al campo vale 100.000 $ por 25.000 litros”, comentó.
«Peor situación para tamberos, no sólo por la baja en la producción de forraje, y por aumento de costos en la alimentación, sino por el retraso que tiene el precio de la leche», cerró.