La producción de granos crecería en esta campaña pero por menores precios internacionales entrarían un 3% menos de dólares

La campaña de granos 2021/22 será un acontecimiento central para la economía argentina, sobre todo si se tiene en cuenta que la agroindustrias aporta más del 70% de los divisas que ingresan al país. En sentido, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) presentó las primeras estimaciones de producción de los granos gruesos y su peso económico proyectado en la economía argentina, que junto a los granos finos, construyen un panorama probable para la actividad en el futuro cercano, con el clima y los precios mediante.

De esta manera, la entidad bursátil prevé una producción total de granos para la campaña 2021/22 de 129,8 millones de toneladas, que se implantará sobre una superficie de 34 millones de hectáreas. De concretarse estos guarismos, el área se incremnetaría en 2,1% y la cosecha en 7,2% respecto al ciclo anterior. Pero, a pesar de estos aumentos productivos, el aporte de las cadenas agrícolas a la economía nacional se vería disminuído, básicamente, por una retracción en los precios internacionales de los commodities, que de todas maneras se mantienen en valores históricos.

Así, se prevé que las exportaciones de las cadenas de soja, maíz, trigo, girasol sorgo y cebada alcancen los USD 35.577 millones, lo que implicaría una retracción respecto a la campaña 2020/21 del 3%. En cuanto a la recaudación vía retenciones, el total calculado se ubicó en USD 14.630 millones, un 4,5% menos que en el ciclo pasado, mientras que el producto bruto agrícola, o sea, el valor agregado de las cadenas, se posicionaría en USD 42.030 millones, 6,6% por debajo de lo anteriormente obtenido.

Durante su presentación, el economista jefe de la BCBA, Agustín Tejeda Rodríguez, explicó que “es muy importante destacar que más allá de esta caída, tanto en los niveles de precio como en la contribución, se van a mantener en niveles históricamente altos. Lo que queremos indicar es que los niveles de precios actuales no deben distraernos y llevarnos a conclusiones equivocadas o una mala decisión de políticas. Las cantidades tanto producidas o exportadas vienen por debajo de nuestros principales competidores”.

De esos USD 35.577 millones que se podrían exportar, Tejeda Rodríguez puntualizó que la cadena de la soja será el cultivo que mayor aporte realice con USD 21.112 millones, seguido por el maíz que alcanzará ante un nuevo crecimiento en área y producción los USD 8.681 millones. Por su parte, el trigo supondría unos USD 3.406 millones, mientras que el girasol se posicionaría en USD 1.098 millones. Los últimos lugares serían ocupados por la cebada con USD 813 millones y el sorgo con USD 467 millones.

Ahora bien, más allá de las exportaciones, en lo que respecta al producto bruto agrícola no existe la tan marcada diferencia entre soja y maíz. Según los cálculos de la entidad, de un PBA estimado para la campaña 2021/22 en USD 42.030 millones, la cadena de la oleaginosa explicaría el 42,8%, mientras que la maicera sería la responsable del 40,9%. Mucho más atrás aparece el trigo con el 9%, seguido por el girasol con el 4%, la cebada con el 1,8% y el sorgo con el 1,4%.

Más maíz, menos soja

Por su parte, el jefe de Estimaciones Agrícolas de la BCBA, Esteban Copati, dio las proyecciones de producción de los principales granos que se cultivan en el país, sobresaliendo una nueva expansión en área y volumen para el maíz, que alcanzaría resultados récords en la campaña 2021/22, mientras que la soja volvería a mostrar un retroceso en casi todos sus índices, ubicándose con la menor siembra en 15 años. De hecho, se puede decir que todos los cultivos tendrán una expansión durante esta campaña, menos la oleaginosa.

Así, el cereal con destino a grano comercial alcanzaría una superficie de 7,1 millones de hectáreas, unas 500.000 hectáreas más que en el ciclo 2020/21. Si a este cálculo se le suma el maíz para uso propio forrajero, cuya previsión de área se ubica en 1,7 millones de hectáreas, la siembra culminaría con un total de 8,8 millones de hectáreas. De la mano de la siembra tardía, que se prevé que represente el 52% del total de los planteos, lo cual le permite al productor sortear los meses críticos para el desarrollo del cultivo donde se estima una menor cantidad de agua producto de ¿los fenómenos climático de La Niña, la proyección de producción se posiciona en el récord histórico de 55 millones de toneladas, 4,5 millones por encima del ciclo anterior, cerrando así su octava campaña consecutiva de expansión.

En paralelo, y adaptando una dinámica totalmente contraria a la del maíz, la soja volvería a presentar una nueva reducción en área, pero no así en producción. Según las proyecciones de Copati, se implantarían 16,5 millones de hectáreas, lo cual no solo significa una disminución de 400.000 hectáreas respecto a la campaña previa, sino que se convertiría en la superficie más baja en 15 años. No obstante, la producción crecería 900.000 toneladas y se ubicaría en 44 millones de toneladas, básicamente, porque se prevé que La Niña no golpeé con la misma fuerza que lo hizo el ciclo anterior.

Por su parte, el girasol tendría un crecimiento del área de 200.000 hectáreas hasta las 1,65 millones con una producción de 3,5 millones de toneladas (+500.000); el sorgo alcanzaría el millón de hectáreas (+50.000 hectáreas) y una cosecha de 3,5 millones de toneladas (+100.000) mientras que el trigo y la cebada, ambos cultivos ya implantados ocuparían un área de 6,6 y 1,15 millón de hectáreas y 19,2 y 1,15 millones de toneladas, respectivamente.

Fuente: Infobae

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